Mi hijo no habla y ya tiene 3 años: La relación entre habla y movimiento

Carolina Saracho Duran

Por Miriam Esquivel Tinoco. Basado en pedagogías Montessori y Pickler

Es verdad que la explosión del lenguaje se da a partir de los 2 o 2 años y medio, sin embargo a los 3 años no necesariamente se da y las razones pueden ser varias.

Después de vivir un contexto para el que no estábamos preparados. Hemos vuelto a cierta normalidad y convivencia de los niños, y con ello, a experimentar esa comparación que a menudo se hace en relación a sus habilidades. Es muy común escuchar a madres, padres y familiares preocupados: “El niño no habla, eso no es normal, ya tiene 3 años, el hijo de la vecina ya habla muy bien, el de la prima ya cuenta hasta 10… gran etcétera.”

Debemos recordar que las habilidades se desarrollan y están relacionadas entre ellas, pero sobre todo, que no es una carrera para ver quién llega primero. Por lo tanto, el primer paso si mi hijo no habla y ya tiene 3 años es: no considerarlo incapaz.

El lenguaje en el ser humano es una construcción biopsicosocial, es decir, que existen factores biológicos, psicológicos y sociales que intervienen para que pueda desarrollarse de manera óptima en las condiciones ideales. La limitada relación que han tenido los niños en pandemia con sus iguales, puede ser un factor que esté afectando el proceso normal de adquisición del lenguaje.

Así mismo, el uso ilimitado de dispositivos electrónicos a tempranas edades, puede provocar que se disminuya el interés en la interacción comunicativa con otros seres humanos. Los menores de 6 años aprenden del mundo a través del movimiento, es así cómo se forman las conexiones neuronales. Las restricciones en que hemos vivido debido al aislamiento han acentuado factores que no habían sido tan obvios en generaciones anteriores, como el hecho de que no siempre aportamos en casa los suficientes estímulos para desarrollar el lenguaje en nuestros pequeños.

El siguiente paso si mi hijo no habla a los 3 años, es consultar a un profesional, ya sea un médico con amplio conocimiento en el tema o un terapeuta del lenguaje nos pueden ayudar a descartar un impedimento biológico o físico.
Y si no hay ningún problema de este tipo, entonces ¿qué podemos hacer?
Una recomendación popular que funciona, es hablar con ellos. Esto nos puede hacer pensar, ¿De qué voy a hablarle a un bebé? pero relatarles las actividades de la vida cotidiana suele ser un recurso fundamental para que comprendan cuáles son los nombres de las cosas y cómo funciona el mundo, pero sobre todo, ofrecerles un modelo del lenguaje libre de diminutivos y adjetivos que lejos de facilitarle las cosas, pueden alentar la elaboración de las estructuras básicas de la lengua.

Otro estímulo que no debe faltar en esta etapa es la lectura constante por parte de un adulto, esto le proporciona al niño ejemplos de estructuras gramaticales, formas verbales y sintácticas que le harán mucho más fácil la adquisición de su propio idioma. Es importante elegir muy bien las lecturas que se le harán al niño de acuerdo a su edad. Maria Montessori recomienda no fomentar la fantasía en los primeros 6 años para permitirle construir una base realista que le permita entender mejor el entorno en el que vive. Libros de vocabulario con imágenes reales, relatos cortos de personas realizando actividades de la vida cotidiana, el proceso de dejar el pañal, describir de donde provienen los alimentos que comemos, son más recomendables para que el lenguaje sea mejor entendido en contexto.

Pero ¿y si no se queda quieto y sentado escuchando? Este es otro elemento importante que debemos tomar en cuenta: en esta etapa se aprende a través del movimiento. Emmi Pickler nos relata en su libro “Moverse en libertad”, los beneficios de tener espacios en los que los niños puedan experimentar y desarrollar la seguridad de sus movimientos, esto la llevó a crear mobiliario funcional pensado en las necesidades de los primeros años de la infancia. De igual forma, Montessori consideró necesario no impedirle al niño su necesidad de movimiento ya que esto es fundamental para la mielinización de su cerebro, proceso natural por el cual se crean las sinapsis neuronales y en consecuencia el aprendizaje.

La motricidad gruesa y todas las habilidades que tiene el bebé se desarrollan en el piso, asegura Pickler, y recomienda colocarlo a este nivel desde muy pequeño en un espacio adaptado para él con objetos que sean de su interés. Así logrará por sí mismo descubrir los movimientos que lo llevarán a ejercitar sus músculos, girarse, sostenerse y eventualmente ponerse de pie, caminar, correr y saltar.

Querer tocar todo lo que encuentran es inherente a su interés por descubrir el mundo y no sólo con las manos, el niño también percibe información a través de los pies, por lo tanto, algo fundamental de estos espacios es que tengan libertad de tener los pies descalzos para percibir texturas, temperaturas y sortear obstáculos que los zapatos dificultan cuando son tan pequeños.

Montessori en sus observaciones demostró, que los niños van adquiriendo el conocimiento a través de la exploración del espacio que les rodea y el hecho de descubrir por si mismos les ayuda a construir no sólo su autoestima y su seguridad para hablar, también obtener sus propios recursos para obtener cualquier tipo de conocimiento.

Recordemos siempre que como adultos formamos el primer entorno social de la niñez y está en nuestras manos proporcionarles a nuestros niños espacios adaptados a ellos, con mobiliario funcional y a su tamaño, materiales correspondientes a su etapa de desarrollo que les ayuden a adquirir por sí mismos las habilidades con las que nacieron y así, favorecer el lenguaje directa e indirectamente.

Para ello, podemos apoyarnos con profesionales que nos asesoren en cuáles son las mejores opciones para lograr que nuestros hogares estén mucho mejor adaptados para presentarles a los niños las herramientas adecuadas para que puedan desarrollar sus habilidades de forma natural, a su ritmo y dentro de nuestro presupuesto.

Más sobre Miriam Esquivel Tinoco
Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas, con especialidad en Pedagogía y enseñanza de Inglés y Español como segunda lengua.
Guía Montessori con certificación en curso y asesora en aprendizaje del idioma Inglés para profesionistas.

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